Por José López Zamorano
Para La Red Hispana
Aún estamos a más de un mes del cambio de poderes en los Estados Unidos, que se celebra cada cuatro años el mediodía del 20 de enero, y ya es posible percibir en el ambiente los olores y los colores del cambio que se aproxima.
Es un cambio que se nota en el nuevo tono –serio, mesurado, reflexivo- del discurso público del presidente electo Joe Biden y de la vicepresidenta Kamala Harris en torno a los grandes retos pendientes del futuro inmediato: la pandemia de COVID-19, la crisis económica y la justicia racial.
Se trata también de un cambio visible en el rostro de su gabinete, que asemeja con mayor exactitud el mosaico racial y étnico de los Estados Unidos.
Por primera vez un latino será secretario de Salud y Servicios Humanos, el mexicano americano Xavier Becerra, y otro será el Director de Seguridad Nacional, el cubano americano Alejandro Mayorkas. Entre su primer circulo de colaboradores destaca un número inédito de mujeres, muchas de ellas, mujeres de color e hijas de migrantes y un afroamericano fue por primera vez nominado a secretario de Defensa.
Pero debajo de la superficie y de los rostros, es evidente qué se perfila un nuevo orden en las prioridades de las políticas públicas, con un nuevo énfasis en abatir las desigualdades estructurales que afectan a los más vulnerables entre nosotros, incluidas nuestras minorías.
Como muestra un botón. En su primer mensaje como primera mujer nominada a secretaria del Tesoro, la ex presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen habló del impacto desproporcional que la pandemia y la crisis económica subsecuente han tenido entre los más pobres, con pérdidas de vidas, empleos, negocios y de las dificultades para cubrir el costo de la hipoteca o de la renta.
Por su parte, la designada por el presidente para ocupar la Oficina de Programación y Presupuesto de la Casa Blanca, Neera Tanden, hija de inmigrantes de la India, se refirió a la importancia estratégica que juegan los programas sociales para abrir oportunidades de superación para millones de personas de bajos ingresos.
Coincido con quienes creen que el hilo conductor de las palabras y las designaciones del próximo gobierno de Joe Biden es el combate a la desigualdad de ingresos que ha generado una serie de distorsiones crónicas, puestas al descubierto de manera obvia por la pandemia, con un saldo trágico para la población más vulnerable.
Encuestas recientes muestran que las comunidades afroamericana y latina tienen los niveles más altos de desconfianza hacia el gobierno, lo cual se traduce en dudas sobre si ponerse o no la vacuna contra el COVID-19. Ojalá estos vientos de cambio y una política de salud consistente e igualitaria ayuden a despejar los temores y la desconfianza en momentos que restablecerla es más importante que nunca.
Para más información visita www.laredhispana.com
Comments