by Noemi Ucuk
Staring out the motel window, watching my son get dropped off by his baseball coach, I feel the pangs of guilt. I have so much guilt, for not being a better provider, for believing so much in others I get used in the end, and for not being the best mom I could be. How are we getting out of this motel room? Why do I feel like I make no contribution to society because I’m poor? How can I ever get to the point where I can give back?
So many parents living in poverty and experiencing housing insecurity have asked themselves these questions. Sometimes they don’t even realize that this is how they are feeling because life has torn them down so much that they are too busy putting out fires. However, it is important to remember that circumstances do not define who you are. They are simply conditions that are helping determine your current situation and can change at any moment. It is crucial for the person experiencing homelessness and those who have not to recognize that it is how people address their circumstances that truly defines them.
While society creates a stigma around homelessness, judging people for their situations and placing personal blame on them, it is key to separate the person from the condition in order to better assist. Developing relationships, listening, and providing mental and emotional support are just a few ways to aid those struggling through homelessness. Remembering that people can only work with what they know goes a long way. The McKinney-Vento Program in all the schools in our area is a support system that can be utilized by our students and families. Creating a safe space where students can focus on their education, find resources, and a lifting hand is paramount in the success of McKinney-Vento. If you are a student experiencing housing insecurity or if you are a business wanting to support McKinney-Vento, please contact your school’s McKinney-Vento liaison or our team at the ESC at 325-658-6571.
La falta de vivienda no te define
Por Noemí Ucuk
Traducción Conexión San Angelo
Mirando por la ventana del motel, viendo cómo su entrenador de béisbol dejaba a mi hijo, siento punzadas de culpa. Tengo mucha culpa, por no ser mejor proveedora, por creer tanto en los demás a los que al final me usan y por no ser la mejor mamá que podría ser. ¿Cómo vamos a salir de esta habitación de motel? ¿Por qué siento que no hago ninguna contribución a la sociedad porque soy pobre? ¿Cómo puedo llegar al punto en el que pueda retribuir?
Muchos padres que viven en la pobreza y experimentan inseguridad habitacional se han hecho estas preguntas. A veces ni siquiera se dan cuenta de que se sienten así porque la vida los ha destrozado tanto que están demasiado ocupados apagando incendios. Sin embargo, es importante recordar que las circunstancias no definen quién eres. Son simplemente condiciones que están ayudando a determinar tu situación actual y pueden cambiar en cualquier momento. Es crucial para la persona sin hogar y para aquellos que no la tienen reconocer que es la forma en que las personas abordan sus circunstancias lo que realmente las define.
Si bien la sociedad crea un estigma en torno a la falta de vivienda, juzgando a las personas por su situación y culpándolas personalmente, es clave separar a la persona de su condición para poder ayudar mejor. Desarrollar relaciones, escuchar y brindar apoyo mental y emocional son solo algunas formas de ayudar a quienes luchan contra la falta de vivienda. Recordar que las personas sólo pueden trabajar con lo que saben es de gran ayuda. El programa McKinney-Vento en todas las escuelas de nuestra área es un sistema de apoyo que pueden utilizar nuestros estudiantes y familias. Crear un espacio seguro donde los estudiantes puedan concentrarse en su educación, encontrar recursos y ayudar es primordial para el éxito de McKinney-Vento. Si eres un estudiante que experimenta inseguridad de vivienda o si eres una empresa que desea apoyar a McKinney-Vento, comuníquese con el enlace McKinney-Vento de su escuela o con nuestro equipo en ESC al 325-658-6571.
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