This little rag doll has crossed borders and is an international icon, the Lele doll has a history.
Lele has become an icon of Querétaro, as well as representing Mexico around the world. The rag doll of Otomí origin emerged as a local craft that was conquering the hearts of nationals and foreigners.
In a Queretaro municipality called Amealco, which is also a magical town, Lele was born; a group of artisans who have passed their trade from generation to generation were the creators. These women who live in the communities of Santiago de Mexquititlán and San Ildefonso Tultepec are already famous.
Lele means baby in Otomi, therefore that is its true meaning: baby doll. Among its characteristic features are the long braids, with crowns and ties of cheerful colors, as well as its traditional dress, since this represents the clothing of its creators.
The Lele doll has gained international relevance, it was even named as Cultural Heritage of Querétaro on April 18, 2018. And in case you didn't know, it has its own museum located precisely in Amealco.
Poplin on the bodice, stuffed with fluff, a long-sleeved blouse made of poplin fabric or a pleated white blanket with a high neck, a belted waist and a short skirt of the same blouse. On the neck of the blouse it has a herringbone embroidery with colors that combine with the embroidered strip that it has on the neck, waist and cuffs.
The skirt is wide and is made of pleated poplin with an embroidered strip at the bottom in matching colors. The straps are traditionally embroidered with a maguey flower; over the skirt, they wear the apron at the waist, whether made of cloth, silk or pleated poplin.
In the hair arrangement, it presents two braids with colored ribbons, passed through the head.
Some rag dolls carry a woolen or worsted quexquemitl and wear a shawl; Others wear white hats, like the women of their community.
Although the blouse is white, the other clothing is in solid colors and the eyes, nose and mouth are embroidered on the face.
It has an articulated rag body.
She wears a long-sleeved blouse with colored Jacquard fabric , whose features are satin and textured. The pleats appear on the neck and the ruffles fall on the shoulders and chest.
The blouse is tied with a loom at the waist or with a white poplin skirt called a chincuete. The blouse is made of cambaya , embroidered with lace at the neck and the skirt is shredded with lace at the bottom.
The entanglement of the doll is also representative, since it has a measure of six meters; the hairstyle consists of two braids that cross over the head and carry a crown of colored ribbons; the face can be embroidered, although fabric applications are also glued on.
It has as a variant to represent girls, whose main characteristics are the striped cambaya blouses that are worn with lace at the bottom.
LELE, LA MUÑECA OTOMÍ VISITA DEL RIO
La muñeca Otomí es originaria del Pueblo Mágico de Amealco, Querétaro, localidad donde cuenta con su propio museo.
Así como los tacos, el tequila y los mariachis son símbolos de México, Lele se convirtió en el ícono de Querétaro que enamoró al mundo. La muñeca de trapo Otomí es característica de la artesanía local, misma que ha conquistado el corazón de todo el que la conoce.
Lele nació en el Pueblo Mágico de Amealco, municipio ubicado en Querétaro, de la mano de un grupo de artesanas de las comunidades de Santiago de Mexquititlán y San Ildefonso Tultepec, quienes han pasado esta tradición artesanal de generación en generación.
Lele en Otomí significa bebé, o sea es una muñeca bebé. Entre sus rasgos característicos se encuentran las largas trenzas, con coronas y lazos de colores alegres, así como su vestido tradicional, puesto que ésta representa la indumentaria de sus creadoras.
Debido a su importancia, la muñeca Otomí fue nombrada como Patrimonio Cultural de Querétaro el 18 de abril de 2018. Además, cuenta con un museo propio ubicado en su localidad de origen.
Conocida en su lengua como Dönxu, la muñeca de San Ildefonso Tultepec se fabrica de la siguiente manera:
Popelina en el cuerpo, relleno de borra, blusa de manga larga de tela de popelina o manta blanca plisada en cuello alto, en el talle acinturado y en un corto faldón de la misma blusa. En el cuello de la blusa lleva un bordado de espiga con colores que combinan con la tira bordada que lleva en cuello, cintura y puños.
La falda es amplia y es elaborada de popelina plisada con una tira bordada en la parte baja de los colores a juego de la misma. Las tiras llevan tradicionalmente bordadas una flor de maguey; sobre la falda, llevan el delantal a la cintura, ya sea de tela, seda o popelina plisada.
En el arreglo del cabello presenta dos trenzas con listones de colores, pasados por la cabeza.
Algunas muñecas de trapo portan quexquemitl de lana o estambre y usan rebozo; otras llevan sombrero de color blanco, como lo portan las mujeres de su comunidad.
Aunque la blusa es blanca, las demás vestimentas son de colores firmes y en el rostro se lleva bordado los ojos, nariz y boca.
Lele, la muñeca de Santiago de Mexquititlán se distingue también por las siguientes características:
Tiene un cuerpo de trapo articulado.
Viste con una blusa de manga larga con tela de Jacquard de color, cuyas características son satinadas y con texturas. El plisado se presenta en el cuello y los holanes caen sobre los hombros y el pecho.
La blusa se faja con un telar en la cintura o con una falda de popelina blanca llamado chincuete. La blusa se realiza de cambaya, bordada con encaje en el cuello y la falda es rallada con encaje en la parte baja.
El enredo de la muñeca también es representativo, ya que tiene una medida de seis metros; el peinado consta de dos trenzas que cruzan sobre la cabeza y portan una corona de listones de colores; el rostro puede ir bordado, aunque también se pegan aplicaciones de tela.
Tiene como variante representar a las niñas, cuyas características principales son las blusas de cambaya rayadas que se usan con encaje en la parte baja.
Dar vida a Lele, no es tarea fácil, su confección puede tardar de uno o dos días para una sola pieza chica y hasta seis días para las más grandes. Se calcula que se producen 150 mil muñecas mensualmente y los precios oscilan desde los 30 pesos hasta los 8 mil pesos para las piezas más elaboradas y de gran tamaño.
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